martes, septiembre 04, 2007

Nuevo proyecto: Estudio de las partes del genoma desde la aparición del primer vertebrado hasta la formación del genoma humano.

La historia evolutiva de nuestra especie acapara la mayor parte de la atención de la sociedad en su conjunto.
Conocer nuestra historia, desde el origen mismo de nuestro linaje celular – el de los eucariotas – es en definitiva conocer la estructura y el orden de las variaciones que han generado nuestro genoma, así como de los mecanismos evolutivos y sus fundamentos.
Nuestro análisis se basará en la historia del linaje humano, pero las bases de nuestra aparición sobre la tierra no deben ser diferentes a las de cualquier otro animal multicelular actual. Por tanto, el estudio de la evolución del genoma de nuestra especie no sólo es importante por su trascendencia social, además, es un buen modelo evolutivo para comprender la evolución de los genomas. Es también el modelo más productivo posible, debido sobre todo a que la investigación acerca de la historia natural de nuestro linaje es mucho más completa que la de los animales (p.e. invertebrados respecto a vertebrados, o aves y reptiles respecto a mamíferos, etc). Mediante nuestros análisis intentaremos responder las contingencias y curiosidades de nuestra historia en la tierra, pero también contemplaremos los mecanismos evolutivos que la promocionan. Para estudiar estas modificaciones del genoma, generadoras de cambio y avance evolutivo, nos centraremos básicamente en la variación del contenido en dominios funcionales proteicos de cada genoma ancestral con sus siguientes, atendiendo también a las relaciones filogenómicas que podamos determinar entre ambos y la variación observada en cada uno.

Los genomas varían durante el intervalo que transcurre desde una especie a otra. Fundamentalmente, lo que más cambia entre los genomas es el orden y la cantidad de los elementos que lo forman, siendo general que la secuencia primaria del ADN se conserve mucho más que su orden o su estructura. Por lo tanto es viable plantearse la hipótesis de que la acumulación de variaciones o ciertas variaciones aisladas significativas, pueden desencadenar grandes cambios en los fenotipos resultantes durante el desarrollo embrionario.

En resumen, la replicación de la información heredada de nuestros ancestros, que tiene lugar durante la reproducción sexual – sus mecanismos – encierran el secreto de la variación en los animales. Después, la historia evolutiva sufre la selección de algunos individuos en contra de otros. Esta última fase es la que en último término dicta el camino o la dinámica de las diferentes poblaciones, hasta que ciertas variaciones de un mismo ser, llegan a convertirse en verdaderas características propias de una nueva especie.

El largo debate entre seleccionismo y neutralismo (y otras potencialidades o fuerzas o la falta de ellas) no tendrá un reflejo real en nuestro proyecto, ni existe ningún interés o motivación en este concepto. Defendemos nuestra independencia a tal debate puesto que, para nosotros, resulta evidente la poca diferencia entre selección o falta de selección, desde el punto de vista de la contingencia y la divergencia, las cuales se han demostrado necesarias y probablemente suficientes durante la evolución biológica. Esto es, desde el punto de vista semántico y biológico de lo que significa seleccionar, todo es sujeto a algún tipo de selección. Esta puede ser activa (adaptativa) o pasiva (por azar). Pero el resultado de ambas produce contingencia en la variación y por tanto, camino evolutivo. Personalmente defendemos la mayor importancia de la adaptación del organismo a su genoma y sus variaciones (una adaptación no genética si no al nivel de la ecología y la enología, pero tampoco neutral como veremos más abajo) y nos preocupamos menos de la adaptación del genoma a las experiencias del organismo (o selección clásica adaptativa y darviniana). Esto significa que, para nosotros, la selección natural tal y como Darwin la observó, puede explicar los cambios ligeros en el fenotipo pero difícilmente explica las grandes transiciones y conquistas dentro de los ecosistemas y entre ellos. Cada cambio inesperado en el fenotipo, sin embargo, abre un nuevo universo de posibilidades para la selección natural tipo darviniano, pero enseguida, esta selección quedará gobernada por un ecosistema estable donde cambios menores no podrán (al menos fácilmente o al azar) luchar contra la presión del equilibrio global. Solo una contingencia mayor difícilmente adaptativa puede abrir estos grandes espacios de exploración biológica, como han debido ser la aparición de una forma de vuelo en los saurios, o la movilidad sobre la tierra en los peces, por poner dos ejemplos clave. Aunque se puede imaginar más de una razón diferente para darle un sentido adaptativo a un pez que puede arrastrarse sobre la tierra, lo cierto es que esta ventaja no es comparable a mejoras dentro de su ecosistema natural (esto es el agua y la capacidad natatoria) ni tampoco puede considerarse un pequeño cambio ni de fenotipo, ni de genotipo, pues conlleva todo un salto en comportamiento y la morfología del animal, es decir, un cambio drástico de su sentido biológico (el paso del nadar mejor, al dejar de nadar para caminar).
Para terminar imaginemos el ejemplo siguiente: El paso de los peces del agua a la tierra firme. Se podría pensar en un paso de golpe, por una mutación compleja o significativa, y ya se cumplirían los requisitos del tipo de evolución que aquí defendemos. Lamentablemente para nuestros argumentos, también puede suceder y parece más coherente, que el cambio suceda de forma diferencial y no brusca. En tal caso, que parece el único posible, el pequeño cambio puede ser debido a la adaptación al ecosistema: peces que pueden pasar un rato fuera del agua se seleccionan debido a la presión de los depredadores que los persiguen. O puede que el cambio sea por simple coincidencia: Ante el aumento de un depredador, solo sobreviven los que curiosamente, tienen una conducta desviada que les hace salir del agua en ocasiones. Respecto a la posibilidad adaptativa, cabe preguntarse porque el depredador no se adapta a la adaptación y también pasa a caminar sobre la tierra y sigue persiguiendo a su presa. Pero si el cambio fue casual, es cierto esperar que la misma casualidad no acontecerá dos veces, y nuestro pez estará salvado y podrá vivir tranquilo. Existe aquí pues un ejemplo por el que rechazamos el debate selecionista-neutralista. Realmente, es indiferente a la evolución que tipo de selección exista y es solo la mente humana la que la dota de sentido o se lo quita, para adaptarlo a las necesidades del argumento seleccionista o neutralista. Bien sea así o no, el caso es que un pez ahora se arrastra entre la tierra firme y las aguas poco profundas cercanas y que nosotros no buscamos hablar de selección o azar completo, si no de cambio “sorprendente” en contra de “lento y predecible”. Este cambio de conducta o capacidad del pez, que ahora puede salir a la tierra firme, aunque fuera ligero y de tipo darviniano clásico (a nivel genómico y morfológico) indudablemente genera todo un nuevo universo de posibilidades para ese linaje. Los cambios subsiguientes estarán sujetos a una selección ni neutral ni natural, simplemente contingente y enlazada, y por tanto con significado y dirección, aunque sin sentido, dado que el nuevo pez se encuentra en un entorno nuevo, donde muchos cambios imposibles, ahora pueden serlo. Los cambios subsiguientes a la apertura de tal espacio de exploración evolutiva nuevo, se puede defender que ocurrirán a una velocidad mucho mayor (e incluso acelerada) por la ausencia de presión en el ecosistema, respecto a la evolución bajo la presión del mismo: Es difícil salir del equilibrio del ecosistema mediante cambios evolutivos, pero si se sale, las posibilidades de cambio se disparan y pasan a ser posibles. Esto se ha demostrado ampliamente a nivel vertical, durante la historia natural, tras las grandes extinciones de los saurios, y también durante las grandes innovaciones: La célula eucariota y la explosión del Cámbrico. Pero también ha sido demostrado a nivel horizontal a tiempo constante (o muy corto) en las invasiones de ecosistemas por especies exógenas. El resultado siempre es de este tipo: El equilibrio del ecosistema se rompe, y este, junto con las especies que lo forman, cambia rápidamente e incluso, se regenera (generalmente con una nueva forma y diferentes partes, pero con relaciones similares entre sus partes, su nicho y su geografía). Por lo tanto y para terminar, en el caso de que la estructura de la variación fuera lenta y diferencial, como parece ser, es necesario aceptar que las contingencias más extrañas (un pez fuera del agua) son las que realmente marcan las grandes transiciones, mientras que las normales desde el punto de vista del ecosistema (un pez que nada mejor) no lo hacen. Aunque quisiéramos creer en un modelo mediante el cual el pez sale del agua poco a poco a lo largo de cientos de millones de años, lo cierto es que no puede ser así, pues sabemos que al salir de su ecosistema (o de las reglas del juego) este podrá variar con libertad en un espacio donde no es esperado, o que directamente se encuentra vacío. En algún momento, sucede que el pez sale del agua, sea para mucho o para poco rato, lo que ya es un cambio de conducta importante. Por tanto la aceleración de su evolución si bien seguirá siendo de tipo diferencial a partir de este punto (evolución mediante microcambios) se acelerará e incluso se puede entender como un salto evolutivo en toda regla (es decir, la regla de medida anterior, donde el cambio por unidad de tiempo era otro mucho menor). Sin duda, entre cada individuo y sus progenitores el cambio sería diferencial. Pero para una unidad de tiempo, existiría un salto. Esta observación es precisamente consistente con todas las evidencias geológicas de las que disponemos. A su vez, y en homenaje a Charles Darwin, no es tampoco un modelo evolutivo que afecte profundamente a la estructura de su gran idea evolutiva, si no que intenta completar su único y reconocido talón de Aquiles: La existencia de suficientes formas intermedias en el registro fósil (no las hay porque sucedieron más rápido de lo que la probabilidad de formación de un fósil requiere) y como encaja esto con la selección natural. Proponemos que las grandes transiciones evolutivas no se deben a la selección natural maltusiana que inspiro a Darwin, pero si que esta es responsable de recuperar y gobernar un equilibrio ecológico. También proponemos que tal selección es natural, pero no maltusiana, ya que los organismos que adquieren una característica tan novedosa, saltan fuera el juego general de la competencia (el equilibrio del ecosistema) y consiguen un aumento en su probabilidad de reproducción y supervivencia por otras razones diferentes a la competición por los recursos estricta (simplemente no compiten). Inspirado por las ideas de su época, Darwin imaginó un mecanismo ideal en el que los organismos nunca dejan de competir. Lo cierto es que la competición justa en igualdad de posibilidades (variación) solo puede llevar a equilibrios, y por tanto al éxtasis evolutivo (Gould et al). Quizá ahora yo inspirado por mi momento, soy capaz de ver como a veces, oportunistas y afortunados, rompen las reglas del juego y dejan de necesitar competir, recreandose, nunca mejor dicho, en su fortuna, y marcando la forma futura que tendrá el mundo a su alrededor (un par de ejemplos de este tipo sería la invasión de la tierra por las plantas o la creación de la atmósfera por las bacterias marinas).
Por lo tanto, la selección natural explica casos que no pueden constituir grandes saltos evolutivos, y que suceden siempre alrededor del equilibrio de las partes de un ecosistema (microorganismos, tejidos, plantas, animales, poblaciones, etc) a tal que el ecosistema no varia en su esencia ni se ve afectado por los cambios internos que sufre, de ahí la idea de que permanece en equilibrio. La evolución neutral tan aclamada no es más que la idealización de algo mucho más sencillo y evidente aún, esto es, que se trata de la variación de fondo (aquello que cambia alrededor del equilibrio constantemente, sin posibilidad de éxtasis). Y finalmente, la novedad evolutiva viene marcada por la historia pasada de la especie y de los posibles saltos fuera del equilibrio a cualquier nivel tal que se vea afectado éste. Ya podemos imaginar también otros niveles: la propia célula o cualquiera de las partes de un organismo, también dentro de la propia célula y no solo de los ecosistemas macroscópicos, como se ha propuesto, el equilibrio de la vida podría mantener unida a nivel lógico la biomasa de la tierra al completo (Gaia).

Las variaciones biológicas son observables también en el genoma (duplicaciones, delecciones, translocaciones, repeticiones, etc) como lo son en el fenotipo (características morfológicas y funcionales de un organismo) y a otros niveles intermedios (interacciones moleculares, intra e inter-celulares, etc) estos últimos mucho menos evidentes pero claves para dotar de significado funcional a la información almacenada en el genoma.
El estudio de los genomas en un su contexto evolutivo y a lo largo de la evolución es fundamental para el avance la biología, ya que desconocemos si todas las fuentes de variación presentadas anteriormente son el conjunto total de la variabilidad, pero también – y esto resulta fundamental y necesario – desconocemos el camino que va desde la variación (o novedad) en el genoma hasta el fenotipo sujeto de la selección. Solo comprendiendo estos fenómenos podremos tener verdaderamente una imagen completa y científica de los mecanismos biológicos, hoy por hoy, impregnados de un oscurantismo y esoterismo filosófico impropio del resto de ciencias, como las matemáticas, la teoría de la información, la física o la química, todas ellas fundamentales para nosotros, los biólogos. La mayor parte del oscurantismo que sufre la biología se debe a su inherente complejidad como ciencia en comparación con otras, pero también (o quizá por lo mismo) por el hecho de que la biología es todo lo anterior (pura ciencia) pero también historia y lenguaje, significado y código. Y he ahí el gran problema de la biología: Si el problema del hombre al intentar comprender al Universo es que él es parte del Universo, y por tanto lo ve desde dentro, el problema del hombre al intentar comprender la biología es que intenta comprenderse a si mismo. La reflexión (gran dificultad filosófica a la hora de no caer en la metafísica) es en este caso, máxima. Atendiendo a la filosofía de la ciencia moderna, la biología es la Ciencia Máxima. La ciencia total.

Durante nuestro proyecto utilizaremos el linaje mejor estudiado durante la historia de la biología, el linaje humano, de manera que podamos relacionar las grandes transiciones biológicas que han sido ya estudiadas, con el aumento en el contenido de los elementos proteicos funcionales presentes en los genomas de los vertebrados ancestrales, que van desde el primer vertebrado hasta el genoma humano.

miércoles, abril 19, 2006

Destino y libertad: La historia hecha carne

Estas dos frases, que recientemente he leido en el libro Signs of Meaning in the Universe de Jesper Hoffmeyer, me hicieron decidir hace un mes que debería escribir un post en torno a ambas.

Es el libro de Jesper un libro sumamente interesante, en el que los primeros capítulos aumentan en fuerza hasta alcanzar una magnitud que oscurece el resto de la obra. Es un libro de lo que se ha dado en llamar Biosemiótica. Teniendo en cuenta como veo yo las cosas, se trataría por lo tanto de la parte de la ciencia que estudia la evolución de la interpretación y el significado de los signos que estructuran el organismo a nivel lógico (y creo que Jesper podría pasar por alto e incluso estar de acuerdo con lo que acabo de decir).
No veo la biosemiótica como la semiótica aplicada a la biología, como en otro post reciente no comprendo la bioinformática como la informática aplicada a la biología. Y creo hoy por hoy que mi interpretación es buena.

La biosemiótica me interesa por dos aspectos fundamentales, uno horizontal y otro vertical. El vertical es el que me resulta más fácil de explicar, la biosemiótica esta fuertemente relacionada con la bioinformática y con la evolución de la novedad, tal y como yo entiendo la Biología.
Muchas veces nos preguntamos como puede organizarse la vida desde la materia inerte, porque nos resulta difícil comprender por que debe hacerlo. Y si bien la estructura de la información física es manejable, nos resulta ambiguo cuando menos el por qué de tal estructura, y con esto quiero decir, que nos inquieta la sensación de algo que da sentido a que exista la siguiente pregunta: ¿A qué se debe tal direccionalidad posible o imposible, según gustos y criterios?.
Es difícil y creo que siempre resultará discutible hablar de la estructura de la información biológica primero y de la evolución de los significados después, tal vez antes o quizá mejor a la vez. Por lo tanto este aspecto no me resulta estimulante. Pero si he llegado a tener una cierta idea acerca de que la estructura de la información y la del significado de los signos están fuertemente unidas por una dualidad información-signo (o estructura-función).

La información en tanto en cuanto a información, nos es explicable como un fenómeno físico y a ello debemos reducirnos. Y de esta, surge protagonista entonces el signo (o señales) diferenciables como componente funcional. No lo digo yo, si no que es una idea que fundamentalmente obtengo y destilo del pragmaticismo de Charles S. Peirce. Y por ello es que pienso que falta un elemento para darle sentido a todo esto: Un interpretador.
La verdad es que en base a este esquema se puede explicar casi cualquier cosa de otro modo sumamente compleja. Pienso que esto lo convierte - al menos - en un sistema correcto a la par que sencillo.

No extenderé más mantequilla en esta tostada, y paso a coger el tarro de la mermelada: El orden de aplicación es importante, pero lo bien extendida que quede, no lo es menos.
En la verticalidad del tiempo, la información contextual, los signos y los interpretadores modifican su estructura física (mutación) y desencadenan por ello adaptaciones y/o novedades lógicas (reinterpretación).
Por otro lado la Teoría de la Evolución impone una dirección, dejemos para otro momento que tipo de trayectoría sigue, cual es su topología y si estas son predecibles, pero obviamente existe un sistema base (un esquema físico-lógico).
Pero en la horizontalidad del espacio, la estructura de la variación impone la libertad, quiza tan solo interna, que lucha contra el sistema: Individuos diferentes y especies que se aislan en nuestra tostada como grumos de mermelada sobre una base de mantequilla, con capricho probabilístico inusitado.
Pensándolo bien, la alegoría de la tostada es malísima porque implica que alguíen debe extender mantequilla y mermelada... Aunque lo hice con esa misma intención.
Me gustaría decir que pensaba en la Tierra como una tostada esférica y en la química del agua y el carbono como en la mantequilla. La mermelada somos la biomasa y quien se encarga de extender ambas sería la propia rotación del planeta, o lo que es en cierto modo es esto mismo: El tiempo.

La verdad es que al final no he dicho nada realmente claro acerca de las dos frases que inspiraron este post: Destino y Libertad (en mi visión de las cosas: evolución y variación) y la Historia hecha carne (aquí meto la mano en el fuego: el árbol de la vida). Pero creo que de alguna manera, es mejor leerse el libro, y de alguna otra, pienso cosas bastante distintas a las que Jesper propone. Lo cual me supone aún mas apetecible devorar toda esta tostada con verdadero hambre científico.

miércoles, marzo 08, 2006

Diseño ¿Inteligente? No, gracias a la Fortuna.

El ADN es una molécula enorme formada por dos cadenas lineales y antiparalelas en las que se repite constantemente un elemento (nucleótido) de entre cuatro piezas básicas posibles (A,C,G y T: las báses nucleotídicas). Cada molécula de ADN se organiza en una estructura concreta que se llama Cromosoma. Estas moléculas son fundamentales para el almacenamiento y la transmisión de la información.
Mediante las cuatro bases nucleotídicas se codifican todas las instrucciones necesarias para que un ser vivo se desarrolle desde una sola célula, para que las funciones básicas del organismo funcionen concertadamente, para que pueda relacionarse con otros individuos de su especie correctamente y para que el individuo ocupe así su lugar natural, en equilibrio con el resto del ecosistema donde vive.

Cuando una molécula de ADN se replica, ha de gastarse energía. La copia se realiza de tal forma que su información se perpetúa y su integridad molecular se conserva en el tiempo mediante la descendencia, a través de la jerarquía de las estirpes, lo que genera diferentes linajes. De cualquier otra forma, una molécula tan compleja como el ADN dejaría de existir en poco tiempo, desintegrándose rápidamente, como ocurre con toda la materia rica en energía cuando se encuentra disuelta libremente en un medio químico muy activo, como es la célula viva. O quizá duraría algo más, pero al fin moriría sin más. Esto lo sabemos por aplicación de la segunda ley de la termodinámica, especialmente si pensamos en el Universo como un sistema aislado.
La segunda ley, aunque compleja, se resume con facilidad en la siguiente sentencia: el orden en el Universo desaparece constantemente. Lo que en lengua vernácula significa algo tan evidente como: La energía tiende a agotarse constantemente y el Universo en algún momento futuro dejará de funcionar.

Desde el punto de vista matemático, la vida existe porque es capaz de replicarse a mayor velocidad de lo que desaparece. ¿Pero cómo surgió y cómo se perpetúa algo tan ordenado dentro de un sistema que tiende al desorden? El proceso químico no se conoce, pero la física termodinámica nos indica también aquí dos cosas:
1) Un ser vivo no es un sistema aislado, si no abierto, que intercambia materia y energía con el medio.
2) Mientras que el Universo se expande desde un punto casi infinitamente pequeño hasta un volumen casi infinito, la materia y la energía siguen un camino inhomogeneo, repleto de interacciones e intercambios entre ambas.
Este modelo es el planteado en teorías como la del Big-Bang y es muy diferente a otros modos de expansión que podría servirnos de analogía con el Universo: como la expansión de un gas en ausencia de colisiones moleculares, sin reacciones de ningún tipo.

Al tratarse de un camino que no es recto y ordenado, si no incierto y caótico, observamos que la materia de unas partes y otras del Universo en expansión interacciona sin cesar, ocurriendo intercambios de materia y energía entre sus diferentes objetos físicos. Estos objetos de estudio, son fundamentalmente los átomos y las moléculas cuando tratamos de ciencias como la química y la biología, pero pueden tratarse de sistemas planetarios enteros y de otros objetos de mayor cuando se estudian fenómenos astrofísicos, o de menor escala en el caso de la física cuántica.
Todos estos choques e intercamibios, como es lógico, modifican constantemente la estructura del Universo, cada vez más y más, desordenándolo y gastando su energía interna. Cabe suponer que no es infinita y terminará por agotarse. Sin embargo, es importante comprender que existen transformaciones de la materia que acopladas a una fuente constante de energía, que pueden conservar e incluso aumentar el orden de un sistema. Mediante, por ejemplo, ciclos repetitivos de nacimiento y muerte. La vida es uno de esos procesos. Otros procesos de éste tipo son los huracanes o las mareas. El ciclo repetitivo que mantiene la vida en nuestro planeta se centra en la capacidad del ADN para copiarse a si mismo. Para ello es necesario gastar materia y energía que se obtienen del medio.

Solo hace falta resolver un pequeño problema para comprender la vida en todo su misterio: ¿Por qué no desaparece la vida? ¿Por qué, incluso, su complejidad ha aumentado a lo largo del árbol de las especies? ¿No está todo esto aparentemente en contra de la segunda ley de la termodinámica? Primera respuesta, no esta en contra. El desorden aumenta en el Universo, pero localmente, hay estructuras ordenadas que se perpetuan, generando más desorden exterior a ellas, del que mantienen y aumentan en su interior. O dicho en palabras del gran químico Schrödinger: La vida es un cristal inhomogéneo que se alimenta de entropía negativa.

Segunda respuesta: Se basa en la duplicación de la información génica. En cuanto a la primera pregunta ¿Por qué no desaparece la vida? Basta con que la duplicación sea superior a la desaparición. Para ello es necesario conseguir la materia y la energía necesarias para que la duplicación se produzca. ¿De donde se obtienen la materia y la energía? Como apuntaba la abstracta primera respuesta, se obtienen del medio: del ecosistema.
Sabemos que la energía como tal no desaparecerá salvo al final, con la muerte térmica del Universo. Mientras tanto la materia se transforma y la evolución biológica no es más que esto. Para algunos es algo estravagante, porque este camino simple, lleva a la evolución de nuestra maravillosa especie que es precisamente la que se hace las preguntas, pero que como simple que es, hubiera preferido otras respuestas. Respuestas simples de algo que se desea. No verdades físicas del todo intrascendentes a nuestros intereses espirituales. Es lo mismo que decir que el espiritu es una masa de células y nada más. Y eso no se quiere aceptar como definición de espíritu, porque nos hace idénticos a cualquier otro animal. Pero esto es precisamente lo que es el ser humano, nos guste o no.

Otros ciclos termodinámicos diferentes al ciclo de la vida, desaparecen cuando su fuente de materia y/o energía se transforman, como los huracanes o las mareas antes mencionados, aunque al ser ciclos son muy sencillos, siempre vuelven a repetirse. La vida surgió una única vez en la Tierra y desde entonces no ha desaparecido. Su ciclo no ha dejado de funcionar. Su complejidad ha alcanzado cotas que la colocan entre los sistemas más complejos del Universo. ¿Por qué no ha desaparecido nunca?

La vida parece que no tiende a desaparecer. Tiende milagrosamente a sobrevivir. La Biología estudia fundamentalmente el porqué de todas las maravillas: Sencillamente la vida no desaparece porque, hasta ahora, ha sido capaz de transformarse antes de que lo haga por completo la fuente de energía que la sustenta. Agotando los recursos y encontrando múltiples y nuevos modos de acceder a estos o de preservarlos. E incluso generando sus propios recursos: generando ecosistemas robustos y sostenibles. La vida invade sin descanso el espacio físico y los estratos geológicos, allí donde sea posible mantener un ecosistema.
Todo este fenómeno se conoce como evolución biológica y se basa, aunque parezca simplista, en que cuando el ADN se duplica no lo hace de forma literal. Al duplicarse, el ADN sufre modificaciones al azar aquí y allá, suficientemente escasas como para seguir funcionando pero a la vez ser diferente y tener nuevas propiedades, con suerte útiles para evolucionar y generalmente inútiles o simplemente, neutrales.
Aquí esta el misterio resuelto: Cuando la fuente de energía se transforma, el ADN ya se esta transformado. Al menos lo suficiente o en suficientes especies como para adaptarse a la nueva situación. De este modo, al menos de momento, el ciclo de la vida nunca se ha parado.

La consecuencia más importante asociada a este hecho es que no existe la necesidad lógica de una inteligencia para explicar el origen y la evolución de los seres vivos, tan solo la duplicación y el azar. El ADN no ha creado el azar ni lo ha encontrado, siempre ha estado ahí. No existe una razón inteligente para el azar, por su propia definición. Se trata de un hecho imponderable, de naturaleza física simplista y no de un método planeado, ni de una herramienta progamable. Dado que el Universo es inhomogeneo, la perfección en la disipación y la transformación de la energía no existe y esta es la única razón para que exista el azar. Los seres vivos estamos gobernados únicamente por las mismas leyes que el resto de la materia y la energía, no hay otras realidades que estas. Por lo tanto el determinismo, caso de existir, no nos es propio, aunque podría pensarse lo contrario.

La primera persona en darse completa cuenta de que no podemos saber con completa seguridad que pasará, fue sin embargo un determinista convencido: Pierre-Simon Laplace. En consecuencia comenzó a formalizar una nueva teoría matemática: la teoría de la probabilidad. Si no podía predecir algo con exactitud, al menos mediría hasta que punto es probable que suceda.

Es posible que Laplace se equivocara al ser determinista pero con anterioridad a él la física matemática era prácticamente inexistente (de hecho sus teorías son fundamentales en física matemática). El principio de incertidumbre de Heisenberg se demostró experimentalmente y esto es prueba suficiente de la naturaleza indeterminista de la física.
Pero además, recientemente ha sido propuesto un límite computacional para el Universo (Krauss LM y Starkman GD, Universal limits on computation, Astrophysics 2004), que se basa en la entropía máxima del Universo, la velocidad de la luz y el tiempo mínimo para transmitir información a través de la longitud física mínima de Planck. El valor de dicho límite es 2^130 bits.

Para que una inteligencia pudiera diseñar los seres vivos tal y como los conocemos, debería cumplirse que la complejidad de tal diseño sea inferior al límite de computación. En efecto, incluso si fuera posible realizar medidas experimentales con exactitud total (Heisemberg demostró que no) y razonar en términos lógicos con la mayor potencia computacional del universo, aún resultaría necesario que la cantidad de información a procesar contenida en dicho diseño fuera inferior al limite computacional del Universo. Y resulta que la inmensa mayoría de los fenómenos biológicos superan este límite, y por mucho. Por lo tanto, no pueden haber sido computados o predichos por un ser inteligente que exista dentro del Universo.

De haber existido tal diseñador, entonces podemos afirmar sin lugar a dudas que éste jamás planeó la existencia del Hombre sobre la faz de la Tierra. Otra posibilidad es que el diseñador este fuera del Universo. Pero ha creado un universo indeterminista, por lo tanto, se quita a si mismo la posibilidad de diseñar.
Esta sumamente claro: Las especies son por lo tanto una serie de anécdotas puntuales, contingentes al azaroso camino de la evolución biológica. Y debemos aceptar como un hecho científico que el Hombre ha surgido por azar, con o sin Dios. Mediante una evolución biológica que es de naturaleza heurística y no mediante un diseño inteligentemente planeado. Cualquier interpretación contraria tendría que recurrir a la metafísica, y por lo tanto no sería una interpretación científica ni tendría una base esclarecedora, comparada con la confirmadísima Teoría de la Evolución. Por lo tanto la teoría del diseño inteligente, no solo no es una teoría, no solo no esta basada en realidades científicas, no solo es errónea y no solo es imposible. Sobre todo es reducible al absurdo. Sobre todo es absurda.

Y además, la Teoría de la Evolución no se la inventó Darwin. El postuló la existencia de la Selección Natural, y en base a ella explicó su visión personal de la Evolución, la cual es filosóficamente válida y finalmente ha sido científicamente comprobada. Pero existen escritos claramente evolucionistas desde mucho tiempo antes, que no se basan en la Selección Natural, de los cuales citaré solamente la interpretación Taoista del Universo de Lao Tse, hace más de dos mil años. No es una interpretación religiosa, si no puramente filosófica y se basa en la energía y sus transformaciones. Otra cosa es que luego se haya convertido en una religión oriental.

Aunque no sabemos el por qué de la existencia del Universo, si sabemos que la energía rige el destino de la materia. A saber, termodinámicamente, y que si existe. Podemos entender el Ki del taoismo en estas mismas dimensiones científicas. La energía se puede medir y también la utilizamos en algunas de sus formas más básicas y sencillas.
Pero la naturaleza profunda de la energía, no es precisamente algo sencillo de comprender. Debemos responder estas cuestiones fundamentales acerca de la energía: como surgió y por qué, como se maipula y cuales son todas las transformaciones entre sus formas.

Por lo tanto, el sentido de la energía en el Universo es justamente el gran misterio. No la existencia puntual del nuestra especie. Cual es la naturaleza de la energía es pues la gran pregunta. Y controlarla completamente el verdadero reto.
Los seres vivos somos nada más y nada menos que uno de los ejemplos más complejos de la existencia de tal energía. Estamos en sintonía con ella mediante la consciencia, la inteligencia y la capacidad de crear lenguajes. ¿Hasta donde llegaremos? ¿Cual será nuestro legado cuando inevitablemente desaparezcamos? ¿Hasta que punto somos energía?

jueves, marzo 02, 2006

La evolución humana y la religión

Daniel Dennett es sin disputa uno de los grandes filósofos vivos. Ha hecho contribuciones decisivas a la filosofía de la mente y a la filosofía de la biología, e interesantes e internacionalmente apreciadas incursiones en la metafísica y aun en la teoría moral. El pasado noviembre publicó un demoledor artículo en el New York Times contra la derecha religiosa norteamericana y su campaña política –apoyada por Bush— en favor de la enseñanza del la llamada teoría del Diseño Inteligente, que trata de colar por la puerta trasera el creacionismo.

En el siguiente enlace se encuentra traducida al castellano una interesante entrevista que Dennett concedió al semanario alemán Der Spiegel el pasado 26 de diciembre.

Entrevista a Daniel Dennet

Editorial de Marzo

Este es un blog de ciencia dentro del ciberespacio gratuíto que nos ofrece Google a través de Blogger.
¿Por qué ciencia?
Fundamentalmente porque es uno de mis intereses principales en este mundo. Desde niño he sido un científico, después estudié una carrera científica y después he trabajado como investigador en el campo de la Biología Molecualar y la Informática. Sin embargo cuando digo Ciencia, lo digo realmente con mayúsculas. También me interesa la física, las matemáticas, la psicología, la astronomía, la lingüistica... Las diferentes ramas de la ciencia son enormes.

En el escondite del Analandés, el propio Analandés debatirá sobre los temas científicos de más interes para la raza humana. Está y no otra es la intención del blog. ¿Qué conocimientos científicos nos son útiles para ser mejores seres humanos? ¿Cómo podemos comprender mejor nuestra naturaleza humana? ¿Cúales son nuestras fuerzas y nuestras debilidades, y su relación con el Universo? ¿De que manera nos comunicamos y como podemos mejorar nuestras técnicas de comunicación? Y en definitiva, la gran pregunta: ¿De donde venimos y a donde vamos?

Espero que a través de este blog, y sobre todo mediante el estudio profundo de los comentarios que envien los lectores, nuestros conocimientos aumenten y nos sirvan para encontrar juntos el camino correcto en la vía del conocimiento de la naturaleza y la comprensión de nuestro mundo.

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